La seguridad de un hospital nace en su entorno, desde el extremo que acredita la gestión de todo su espacio, es decir, desde el perímetro más lejano hasta el propio acceso al edificio principal del hospital, por lo que es indispensable garantizar la protección de potenciales pacientes, personal médico y activos críticos en todo su recinto.

Al igual que el propio hospital ha incorporado, en los últimos años, una innovación tecnológica sin precedentes, así se han tenido que evolucionar las medidas para dar protección con garantías en dicho entorno.

Desde los avanzados controles de acceso, seguimiento y control de personas, de activos y personas hasta la implementación avanzada en medidas de ciberseguridad para su protección.

Como ha ocurrido en otros sectores empresariales como el retail, la logística, la banca, etc. Se ha tenido que modernizar la seguridad dejando atrás la seguridad tradicional centrada principalmente en la protección física de las instalaciones y la prevención de robos, focalizándose en emplear vigilantes de seguridad y sistemas de vigilancia básicos para mantener la seguridad en el perímetro del entorno.

Sin embargo, con el avance de la tecnología y los cambios en el panorama de gestionar la seguridad, estas medidas han evolucionado de forma exponencial e imparable. A todo ello, la creciente amenaza de ataques cibernéticos y la necesidad de proteger la privacidad de los datos de los pacientes han impulsado la adopción de medidas más sofisticadas y tecnológicamente avanzadas.

Podemos destacar en la implementación de medidas en entornos hospitalarios diferentes y variadas medidas debiéndonos centrar en la innovación tecnológica del Control de acceso basado en la nube, por su gran capacidad y escalabilidad; los sistemas de geolocalización en tiempo real, para el certero rastreo de personas y equipos; los controles de accesos basado en la biometría o reconocimiento de iris, para un control más seguro en áreas sensibles.

Asimismo, también son fundamentales la robótica y sistemas de vigilancia avanzada, para disponer de alertas y una eficientación de personal; los dispositivos de control para personal errante, como pulseras y sensores; y en definitiva, aprovechar los avances tecnológicos en el trabajo con la Inteligencia Artificial (IA) para el aprendizaje y alertas de actividades sospechosas y anómalas.

No debemos olvidar que un gran entorno hospitalario deberá de tener profesionales de seguridad formados y experimentados en el control de masas, ya que son lugares de gran asistencia de personas en diferentes picos horarios donde la planificada actividad se puede ver alterada por incidencias y emergencias.

Por todo ello, a pesar de estos avances tecnológicos, la seguridad en entornos hospitalarios se sigue enfrentando a desafíos únicos para ser capaces de conjugar correctamente la seguridad de las personas, los procesos y la propia implantación de la nueva tecnología.

Es inevitable volver a hacer referencia a la creciente sofisticación de los ciberataques, y evitar el hackeo de todos los equipos médicos robotizados teniendo en cuenta la necesidad de cumplir con regulaciones de privacidad de datos personales.

En conclusión, la evolución de las medidas tecnológicas y de seguridad en entornos hospitalarios es un proceso continuo que requiere adaptación constante a los cambios supeditada, en gran medida, a las necesidades de los pacientes y su seguridad.

En los próximos tiempos, la integración de tecnologías como la inteligencia artificial, el internet de las cosas y la computación en la nube continuará transformando la seguridad hospitalaria con el único objetivo de garantizar un entorno hospitalario más seguro y protegido para todos.

En última instancia, no podemos dejar pasar por alto que la seguridad en los hospitales es fundamental para garantizar la atención médica de calidad y la tranquilidad de pacientes y personal médico, todo ello dirigido por profesionales de seguridad adscritos a departamentos de seguridad habilitados.